Estamos viviendo uno de los otoños más peculiares de
las últimas décadas. Con temperaturas más que elevadas, que nos
han permitido disfrutar de la playa hasta hace unas pocas semanas.
Aunque parece que ya, por fin, las temperaturas comienzan a
descender. En unos días, las calles se llenarán de hojas secas,
comenzarán las nieblas frías de las mañanas, sacaremos las
bufandas de nuestros armarios, la leña comenzará a crepitar en las
chimeneas de muchos hogares.
Y, aunque aún lejano, le vamos a dedicar el post de hoy
a... la navidad. Muchos me tildaréis de apresurado, pero es que ya
hace tiempo que comercios y negocios están trabajando para lo que es
la mejor campaña del año.
Y, ¿que tiene que ver la cestería con la navidad? Pues
algo más que evidente, y es que uno de los usos más habituales de
las cestas de mimbre es para los lotes de navidad.
Época de celebración, alegría, felicidad, reunión
familiar... época de derroche, de pequeños abusos...
De esta manera, se ha hecho tradicional que muchos
empresarios, se decidan a recompensar a sus trabajadores con un
pequeño detalle, el lote navideño. Lote consistente en productos
alimenticios típicos de la época: embutidos, conservas, turrones,
mazapanes, barquillos, galletas, bombones, acompañados siempre de
vino, cava o licores.
Exquisitos productos que pasarán a formar parte de
alguno de los banquetes que nos demos con amigos o familiares.
Y la forma más habitual de presentar estos productos,
que bien se agradecen, es la típica cesta de mimbre para lotes.
Quizá por ser un perfecto recipiente de transporte, con muchísimos
años de antigüedad... por su tono natural, que bien decorado, puede
convertirse en una preciosidad que podrá ilusionar aún más al
afortunado... y también por su bajo precio. Comprar cestas de mimbrepara lotes, hoy en día es más fácil que nunca, la red nos da un
gran número de mayoristas y tiendas al alcance de la mano. Por eso
aunque aún lejana, comerciantes, empresarios, distribuidores, ya han
comenzado a mover ficha, para conseguir al mejor precio cestas que
satisfagan sus necesidades.
En este caso, las cestas de mimbre más tipicamente
utilizadas son cestas sencillas, poco trabajadas, con entrelazados
poco densos y de menor resistencia que otros modelos. El objetivo:
abaratar costes y poder producir con el máximo margen, o con la
menor competencia. La intención no es conseguir una cesta de
calidad, para toda la vida, pues a menudo los lotes se reciben y los
recipientes se desechan. Simplemente, se trata de conseguir un buen
detalle, con una perfecta presentación, al mejor precio.
Y es que, en los últimos años, las alternativas más
económicas, como las cajas de cartón, están reduciendo el mercado
a las tradicionales cestas de mimbre. En nuestra opinión, aunque
esto permita reducir costes, la impresión del destinatario de estos
deseados regalos, no será la misma. Como bien es sabido, hay que
cuidar los detalles Cada vez más, el packaging va ganando terreno en
el campo del márketing. Si no, vean estos ejemplos.
Así pues, nosotros, como no podía ser de otra manera,
defenderemos siempre el uso tradicional de estas cestas. ¡Y es que
somos unos enamorados del mimbre! ¿Os apuntáis?